19 Abr Inés Selvood: Una oportunidad histórica
Hace 10 años perdía estado parlamentario un proyecto de ley de acceso a la información que había tenido un importante debate tanto desde las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) como entre los legisladores. Pero, evidentemente, no había suficiente voluntad política ni empuje ciudadano para que el tema fuera tomado por la agenda pública. El país empezaba a estar en deuda con la democracia a escasos años de haberla recuperado.
Hoy el contexto es bien distinto. Legisladores presentan proyectos propios, consensuados algunos, trabajados junto con la sociedad civil otros; el Ejecutivo nacional prepara el suyo y lo envía para su discusión al parlamento; se convoca a audiencia pública; las OSCs se autoconvocan y sacan un comunicado; en los medios el tema resuena…como dijimos, el contexto es bien distinto pero la deuda aún no ha sido saldada.
La información es un elemento clave para el efectivo funcionamiento de las instituciones públicas en las sociedades contemporáneas. Gracias a ella no sólo es posible conocer la labor de los funcionarios sino también ejercer otros derechos cívicos y sociales, ya que la información se hace accesible a todos de manera simétrica. Esto permite, también, alcanzar el principio republicano de la publicidad de los actos de gobierno.
El derecho de acceso a la información es vital para fortalecer y mejorar las instituciones públicas y ha sido consagrado en nuestra Constitución Nacional, en diversos tratados internacionales.
No hay duda, entonces, de que el país sigue en deuda. Promover e institucionalizar políticas de transparencia, combatir la cultura del secreto y erradicar la discrecionalidad el manejo de la información en todos los ámbitos del Estado se logra sólo con una ley. Una ley que comprometa a los tres poderes del Estado, que garantice la independencia y nutra de recursos a la autoridad de aplicación -encargada de controlar y hacer cumplir la norma-, que promueva la transparencia proactiva y el estado abierto y que fomente la cultura de la participación ciudadana. En definitiva, que sirva de ejemplo nacional y que todos los distritos del país usen como guía.
Las organizaciones de la sociedad civil que vienen trabajando -empujando- el tema desde hace años, saben que es un momento clave para poder aportar sus conocimientos técnicos y así sacar la mejor ley posible, deben ser escuchadas en el Congreso. La región y el mundo nos adelanta en legislación y en experiencia de su uso, es necesario aprender de los casos exitosos y los estándares internacionales. Los legisladores tienen hoy la oportunidad histórica de ser los autores de una ley vital para el fortalecimiento de nuestra democracia. Ojalá no la pierdan.
Inés Selvood – Periodista. Jefa de Oficina de Gobierno Abierto en Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires y Ex Directora de Acceso a la Información Pública de la Universidad de Buenos Aires
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